martes, 22 de julio de 2008

Tigre


Este fin de semana hemos hecho la obligada excursión a la región de Tigre y ha valido la pena. Se encuentra a 30 km al norte de la capital, una hora en tren desde el centro. Es lugar muy concurrido tanto por los porteños como por los turistas por su delta pero también por su parque de atracciones, su casino, su feria de frutos. Buenos Aires a pesar de estar en la costa no tiene mar. Tiene un río llamado Mar de Plata de 300 Km., en la otra orilla del río se encuentra el país vecino, Uruguay a tan sólo 40 Km. pero lo suficiente para que las dos capitales no se vean las caras. Los argentinos llaman a este río el ano de Sudamérica por su forma y el color de sus aguas, un marrón sucio por la cantidad de minerales que lleva y hace que no te puedas bañar. Es una pena pero la verdad es que el color mierda que tiene no invita para nada a bañarte. En la región de Tigre, el río de la Plata forma un delta que da vida a un conjunto de islitas y canales navegables en medio de una vegetación muy verde y llena de palmeras. Las islitas han sido urbanizadas por casitas de veraneo con embarcaderos privados. Cogimos una de las barcas colectivas públicas que van haciendo diferentes paradas y que es el medio de transporte que usan los lugareños para llegar a sus casas. Nos bajamos en la última parada y comimos en un restaurante en la orilla del río, estábamos a 25 grados así que decidimos quedarnos en las mesas del porche con vistas al río. Pedimos bife de chorizo, como se llama aquí al entrecot hecho a la brasa, estaba muy sabroso y tierno tanto que se podía comer con cuchara como dicen los de aquí. Y por sólo 7€, y estando en zona turística. Lástima del servicio que era excesivamente lento, pero es algo a lo que ya me estoy acostumbrando. Lo bonito es estar navegando por sus canales porque una vez te bajas de la barca, no tienes nada que hacer. Lo único es darte un paseo entre las casas sin ninguna separación las unas de otras con la sensación de estar infiltrándote en su intimidad, un poco incómodo la verdad. Algunas casas tenían puesto el cartel de alquiler y las islas cuentan con algunos restaurantes pero poco más. El plan tenía pinta de ser muy relajado y familiar. O como el grupo de jóvenes que hemos visto llegar al embarcadero cuando nosotros ya volvíamos, cargados con todos los víveres para pasar la noche en la isla y montarse su propia fiesta. El río está bastante transitado de pequeñas lanchas, zodiacs, barcas de remo de madera y barcos públicos. Y es que aquí sin barca no llegas a ninguna parte. Todo muy bucólico pero no quiero ni pensar como se debe poner esta zona en verano. Entre el atractivo de las islitas junto con el mayor parque de atracciones de la ciudad, un casino enorme y una feria donde se vende de todo, tiene que ser el plan perfecto de cualquier familia para pasar un día de verano.

No hay comentarios: