lunes, 8 de diciembre de 2008

Cabo Polonio


Todavía queda gente que se atreve a poner a su hija de nombre Miel o que deciden vivir de manera voluntaria sin agua corriente y sin electricidad. Así es como 30 familias, unas 120 personas viven durante todo el año en Cabo Polonio. A 400Km de Montevideo y haciendo casi frontera con Brasil. Es una de las pocas comunidades hippies que sobreviven en este planeta. Lo más parecido que había visto a esto era en Goa, India. Para mi esta tiene más encanto sobretodo por su difícil acceso que en parte es la clave para que a día de hoy todavía se mantenga fiel a sus orígenes. Para acceder a la comunidad tienes que cruzar 6km de dunas de arena consideradas monumento natural. Es por ello que está prohibida la circulación de vehículos. Unas furgonetas al más estilo hippie recogen a los visitantes y a los propios aldeanos al pie de la carretera. Tras pasar un control policial se adentran por las dunas y a partir de ahí el móvil deja de tener cobertura. Dentro del cabo puedes ver en su hábitat natural y sin ninguna barrera de seguridad a lobos y leones marinos también pingüinos en la época de invierno. El olor intenso que desprenden estos animales se huele desde cualquier rincón del cabo, así como el olor a putrefacción de las ballenas y delfines muertos que se quedan varados en sus playas. Todos los ranchos construidos son ilegales ya que todos los terrenos pertenecen al estado. Hay contabilizados 300 ranchos y ya no dejan construir ninguno más. Los ocupas saben que en cualquier momento pueden llegar las escavadoras como en los años 90 y tirarlos todos abajo. La aldea no tiene calles. Los ranchos están construidos sin ningún tipo de criterio entre la arena de la playa y sin cerco de separación unos de otros. La mayoría están hechos de madera y son muy rústicos y sencillos pero a la vez todos tienen su toque personal. El mejor momento del día es cuando el naranja más intenso del sol es sustituido por la tenue luz de las velas. Y es que aquí no se pueden tener antojos de helados o bebidas con hielo ya que los pequeños grupos electrógenos que tienen los ranchos no superan los 12 voltios de potencia. En la calle principal de la comunidad te encuentras con toda la infraestructura turística que tiene el Cabo poco más de 3 chiringuitos donde comer algo sencillo, un par de hostels, un par de ranchos que ofrecen los servicios de hotel y un par de colmados donde comprar algo de víveres. Aquí el trueque está a la orden del día y los letreros de se aceptan donaciones o comida a cambio de hacerte unas rastas o unas trencitas es lo más normal.
La especulación inmobiliaria ha puesto varias veces en peligro al Cabo pero ya han salido varios defensores como Manu Chao o la cantante Rosario a impedir lo que muchos se temen que pueda suceder en cualquier momento. Pero a pesar del boom turístico de los últimos años sorprende la cantidad de Uruguayos y Argentinos que nunca han visitado el Cabo porque prefieren quedarse en las masificadas playas de Punta del Este, a tan sólo 100Km del Cabo.